Jorge Grazid, profesor de Teatro en Umbral, especialista en teatro (PUPC), director y realizador de cine, conocido también por ser entrevistador en el segmento «El actor de la semana» y creador del gimnasio para actores, conversó y compartió con nosotros su opinión y experiencias en el mundo de las artes escénicas; además de comentarnos un poco acerca de sus futuros proyectos.
El 2020 fue un año muy difícil de sobre llevar, una pandemia llegó para cambiar nuestras vidas. El arte se convirtió en una luz en un camino oscuro e incierto durante la crisis de la COVID-19. La pandemia nos deja una realidad llena de mascarillas y distancias, en la que ya nada será como antes.
- ¿Qué ha sido lo más difícil de hacer teatro durante la pandemia?
Buscar nuevos espacios, nuevas formas de hacer llegar nuestro arte hacia las demás personas. De hecho, el salto que ha tratado de hacer el teatro hacia la virtualidad, lo que se ha conocido como “el teatro virtual”, ha sido un experimento interesante y divertido, no ha tenido el éxito que se esperaba, porque muchas personas decían que “este iba a hacer el salto a la virtualidad y de ahí el teatro iba a tener que evolucionar en ese camino”. Sin embargo, no ha sido tanto así, pero si se ha creado un espacio para la virtualidad, de hecho, ha habido obras virtuales que han funcionado muy bien y que ahora ya no funcionan de forma presencial.
- ¿Cree usted que el rubro de las actividades artísticas, en este caso el teatro, ha sido uno de los rubros más golpeados y olvidados durante esta coyuntura que ha afectado a todo el mundo?
No sabría si decirte si ha sido uno de los más golpeados, pero si ha sido uno de los que más ha sentido el golpe, ya que varios de mis amigos artistas han tenido que migrar, regresar a sus lugares de origen o dedicarse a otras cosas, que eso es aún más triste.
- ¿Qué beneficios nos ha podido aportar el teatro en cuanto a nuestro bienestar psicológico durante estos dos años?
No diría el teatro en sí, porque el teatro tuvo que ser anulado tanto como ejercicio de escenario con público y sobre todo un ejercicio presencial. Pero considero que las demás artes escénicas, como la interpretación o la música sí, puesto que todas las historias que contamos, han formado una parte esencial de nuestra sanidad mental durante esta pandemia.
- ¿Cree usted que el teatro se ha tenido que reinventar por la Covid-19?
Ha tenido que hacer un proceso de introspección, al igual que el ser humano cuando busca la iluminación y tiene que buscar dentro de sí mismo y verse en sus sombras, como decía Carl Jung: “reconocerse en su profundidad, para volver a rehacer”. El teatro se ha visto forzado a explorar nuevos terrenos, y teniendo la oportunidad de volver a ser presencial, se está recuperando y está volviendo con fuerza.
- ¿Cómo vio la nueva modalidad de teatro presencial en tiempos de pandemia?
Reforzado, para nada es lo mismo antes de la pandemia, es como si hubiéramos empezado a entrenar porque siento que se ha reforzado nuestro lenguaje y la comunicación en las artes escénicas. Las obras están hablando a un nivel de profundidad mucho más amplio, se está mejorando en cuanto a los detalles técnicos, ahora se ve mucho más allá o talvez se está generando una ola, quizás de expansión en las artes que es lo que hacía falta en Arequipa, porque las artes no se habían tomado tan profesional como últimamente.
La actuación es realizada por un actor o una actriz que representa a un personaje en una obra teatral, cinematográfica, etc. En el actor debe conocer los principios básicos de la actuación para poder realizar una buena creación de personaje, los aspirantes a actores o actrices deben saber que esta profesión es un camino arduo pero gratificante.
- ¿Qué tips les daría a los nuevos aspirantes en el mundo de la actuación?
Es importante verlo no como una meta o como algo que has logrado, de hecho, a pesar de haber estudiado tanto me sigo considerando un estudiante por mucho que enseñe, porque no es algo que vayas a aprender y lo tengas, es algo que tienes que convertirlo en tu estilo de vida.
- ¿Cuál es el secreto para ser un buen actor?
Escuchar y ser humilde es muy importante, puesto que llega un momento donde te deja de importar los demás y eso te oscurece, considero que mientras tú haces brillar al otro, tu brillas también.
- ¿Cuál es el secreto para no olvidarse de sus líneas en frente de todo el público? Ya que en una obra de teatro no se puede cortar una escena y rectificarla. ¿Cuán preparado se debe estar?
El secreto máximo es la acción escénica, si tu estas en acción escénica, no hay forma de que te olvides tus líneas, eso no va a ocurrir, no tanto la preparación, es más cuando encuentras y entiendes como llevar a cabo ese proceso para estar en escena, incluso puede de que no tengas preparación, pero la juegas. El teatro, el arte interpretativo, son como un deporte; por hacer una analogía, como el fútbol. Puedes estar entrenado, puedes correr muy rápido y puedes tirar unos patadones muy precisos, pero si no sabes cómo jugar, no vas a ser un buen jugador y así es como funciona, incluso al revés, si sé jugar pero no tengo las condiciones, tampoco podré hacerlo bien.
- Más allá de la cantidad de estrenos y público en las salas, ¿qué piensa de la dramaturgia peruana actual?
Creo que la dramaturgia peruana actual está muy solemne, quizás es un poco atrevido de mi parte decirlo, pero si, se busca que “la dramaturgia englobe nuestro contexto actual”, se busca que esa dramaturgia que quede para la posterioridad. Siento ese tipo de tendencia hacia ello, le falta ligereza, un poco más de Yerobi, como lo comentaba la vez pasada con Hugo Riveros, quien es director de Umbral Centro Cultural y hablábamos de que nos hacía falta un dramaturgo como Leonidas Yerobi, fue un poeta, dramaturgo y periodista peruano, que tenga un tempo mucho más rápido, que sea más dinámico y ligero en cuento a propuestas, eso es lo que está faltando ahorita en la dramaturgia, pero no desmerezco el trabajo que se viene realizando, que son muy interesantes, hay dramaturgos que están apostando dentro de lo moderno, dentro del post drama y es muy interesante.
- ¿Qué le falta al teatro en Arequipa?
Nos falta unirnos, llevamos tiempo tratando de unificarnos, pero es difícil, porque son muchos y cada vez aparecen más corrientes, nuevos grupos de teatro y hay diferencias y asperezas, creo que nos falta todavía tolerancia y ese poder trabajar en equipo. Aún nos falta esa humildad o quizás el tiempo para poder organizarnos.
Conocer la vida de un actor o actriz nos permite entender todos los pasos que se deben realizar durante el proceso de formación actoral, comprender que es una de las disciplinas que están en constante cambio pero que perduran con el tiempo. La formación debe ser tanto integral, como práctica.
- ¿Cómo surgió su vocación por el teatro y cómo comenzó su actividad teatral, con qué personas, elencos?
Surge cuando me entero que se puede estudiar de forma profesional, al enterarme de esto, es donde yo tomo esta decisión. Uno de esos momentos cuando estas definiendo que vas a hacer el resto de tu vida, gracias a Dios he tenido la oportunidad de decidir lo que quiero hacer el resto de mi vida, no tenía dudas, el teatro y las artes escénicas siempre lo fueron; de hecho, mi hermano me dijo: “Piensa en algo que quieras hacer el resto de tu vida y no te vas a aburrir” y lo único que yo pensaba era jugar, ACTUAR.
- ¿Cómo te preparas para interpretar a un personaje?
El cuerpo del actor, como es un instrumento, requiere un entrenamiento básico, después de eso es prepararse psicológicamente para poder entrar dentro del mundo ficticio, el mundo del personaje. Hay que entender el personaje, cuál es su mundo y una vez que lo vas entendiendo tienes que aproximarte a él apropiadamente y obviamente con cuidado, con respeto y jugando muy enserio. Entonces, ¿cómo me preparo? En pocas palabras, entiendo la acción del personaje.
- ¿Qué lo inspiró a convertirse en profesor de teatro?
No fue decisión, de hecho, es una anécdota curiosa. Yo vine al Teatro Umbral, reemplazando a unos actores en la obra “Bolognesi en Arica”, porque algunos de ellos tenían que viajar o tenían algunos inconvenientes, entonces como no tenían entradas muy grandes, yo reemplazaba sus papeles y empecé a hacerlo con varios. El director de Umbral, que vio que yo llegaba y calentaba, porque yo soy un actor de escuela que calienta, me parece que habló bien de mí, y un día, Hugo Riveros, director de Umbral Centro Cultural, me llama y me dice que va a abrir la “Escuela de Teatro Umbral”, que dictaría un taller y yo sería parte de ese entrenamiento; empezamos a dictar juntos pero el señor Hugo es una persona muy ocupada, poco a poco tenía menos tiempo y me dejaba a cargo un poquito más, yo aprovechaba el tiempo para hacer mi laboratorio con la gente. Tanto así, que después yo mismo me anime y le dije al director si le parecía que yo realizara un taller, a lo que él me autorizó. Fue así como empecé a dictar y me fue bien al parecer, porque otras escuelas o productoras venían y se llevaban a nuestros actores, pero yo los preparaba para que se quedaran aquí, en Umbral, pero nosotros no somos “tóxicos” así que yo feliz, algo debemos estar haciendo bien porque nuestros estudiantes estaban creciendo como actores.
- ¿Y cómo fue esta transición de actor a profesor?
Eso vino en la “debacle”, la debacle de mi vida. Cuando estaba en la universidad estudiando actuación, todos me decían que esa carrera no me iba a dar, entonces yo dejé la actuación y empecé a prepararme para ingresar a ingeniera de minas. Me dijeron que me centre y que haga algo bien, yo decía algo que no sea tan actuación, pero si como artes escénicas y comencé a estudiar dirección y realización de cine y televisión, ahí empecé a dirigir; de hecho, yo dirigía cuando estaba en el colegio, en secundaria o primaria, me juntaba con mis amigos y hacíamos un sketch y mi ellos me hacían caso, creo que soy bueno para juntar a la gente y jugar, debe ser porque eso es por naturaleza. Era divertido y pienso que sin darte cuenta siempre regresas a lo que te nace hacer.
- ¿Qué proyectos tiene para el futuro?
Ahora quiero hacer cortometrajes, estoy preparando guiones, aquí en Umbral se vienen obras cortas, por ejemplo, tenemos “Sangre de mi sangre” de Claudia Sacha y “Mate a un tipo” que es una obra argentina, una comedia negra muy buena. Ahora vengo realizando talleres como el gimnasio actoral, que es un enteramiento básico actoral y juego dramático, enteramiento para el ritmo, la voz, para dramatizar, teoría e improvisación y dinámicas musicales, un poco de lo que es el “soundpainting”, que una técnica moderna americana en la que se hace una orquesta con los actores y ellos mismos hacen musicales e improvisan al mismo tiempo, es una locura que solo haciéndolo podrías experimentarlo.
Escrito por: Kattia Delgado Gonzales
Paola Acosta Ardiles